La esperanza mueve montañas, destruye máquinas y bendice a los elegidos. El obispo Metal Herald usa su melodía divina para mantener a sus borregos a salvo y atormentar a los infieles del equipo contrincante. Cuando se usa de forma eficiente, es una herramienta inestimable cuando hay que cruzar la base enemiga y puede transformar un combate complicado en un paseo por el parque… directo a la victoria.
El arma primaria del apoyo es el Shadow Stroke. Gracias a la potencia de los amplificadores, el Herald dispara energía metálica. Cuando golpea al enemigo, el sacerdote recibe un escudo.
Las Runes of Sacrifice son oleadas de energía de Heavy Metal mientras el Herald se flagela en nombre del metal. Además de dañar a los contrincantes, le otorga escudos a los aliados.
Hay otra dimensión: Metal. Y el Herald puede transportarse a ese lugar al activar el arma 3: Black Metal. Acelera el vehículo y se activa por etapas, de manera que se vuelve intocable. También recibe un escudo tras volver.
La llamada definitiva del gobernante de Metal City es el Herald’s Decree. Esta arma especial inicia una sinfonía de metal que otorga escudos a los aliados cercanos.
Dentro de los límites de Metal City, pocos son los que pueden desafiar el poder de la Sect of Metal. Solo ellos llevan los mensajes de los Metal Gods a la muchedumbre que sobreviven en las calles. Incluso los patrones se mueven con cuidado por la secta y su líder: Metal Herald. Entre aquellas desafortunadas almas que tuvieron que doblegarse ante el juicio del Herald, ninguno se fue sin admitir sus pecados ante los ojos del elegido de los dioses. Los que se encontraron cara a cara con el semblante calaveroso del Ayatolá del rock’n’roll preferirían arriesgarse a morir que tener que soportar su ira por segunda vez.
La Sect sostiene que los dioses han otorgado poderes divinos al Herald y, con el poder místico a su disposición, ¿quién iba a llevarle la contraria? El Metal Herald atrae la atención. Incluso el ateo más escéptico se sentiría inexplicablemente atraído por el sonido de su voz. Los dioses otorgan al Herald visiones, imágenes de conocimiento que solo él puede interpretar. Muchos de los que dudaron de lo que decía, se encontraron cantando sus alabanzas tras aguantar solo un momento ante su presencia.
En la arena, el Metal Herald tañe las cuerdas sagradas, los dones divinos de los dioses, para apoyar a sus aliados y poner trabas a sus enemigos. A menudo se le puede ver cabalgando detrás de su séquito sectario abriendo paso a su líder. No hay ningún servicio que el Herald disfrute más de llevar a cabo que los dioses derrotando a los herejes dentro de los muros de la arena. Los herejes fueron condenados por participar en el torneo de Heavy Metal Machines y lo último que la mayoría de ellos ve es la sonrisa mortal del Herald escoltándolos hacia los brazos de los dioses.